Artefacto sonoro Q-MZL
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Descripción
El artefacto sonoro Q-MZL, parte de una experiencia sonora inmersiva e interactiva, propone la escucha atenta como posibilitadora de reflexiones críticas en torno a la contaminación de la quebrada Manizales en el departamento de Caldas, Colombia y le apunta a descubrir la belleza y riqueza de su paisaje sonoro, en contraste con el deterioro de su paisaje visual. Esta instalación es resultado del proyecto de investigación-creación CON-TRASTE-SONORO, apoyado por la Vicerrectoría de Investigación.
Autor
Fuente
Fecha
Derechos
Pontificia Universidad Javeriana
Tipo
Instalación Item Type Metadata
Dimensiones físicas
8 x 4 x 2,4 mts.
Materiales
Parlantes, equipos de audio, pergamino cuero
Expuesto anteriormente en
XIV Festival de la Imagen. Centro cultural y de convenciones Teatro los Fundadores, Manizales, Caldas.
Fecha de presentación
20 al 25 de abril de 2015
Observaciones
Dado que los cuerpos de agua forman parte de las estructuras ecológicas principales de las ciudades, es bastante común su contaminación, bien sea por los vertimientos de sustancias dañinas producidas en zonas industriales, como por el uso de estos como parte del sistema de alcantarillado de la ciudad. Esta situación, ha generado que comúnmente el agua en la ciudad, sea vista más como un problema que como una oportunidad y que el reto de su descontaminación, se vuelve cada vez más difícil, por lo anterior, es importante motivar las reflexiones críticas sobre el tema para sensibilizar y hacer presente estas tensiones.
Para el caso particular de la ciudad de Manizales, el artefacto Q-MZL, reproduce los sonidos de la quebrada del mismo nombre, con la intención de descubrir la belleza y riqueza de su paisaje sonoro, en contraste con el deterioro de su paisaje visual, producido principalmente por la contaminación de la zona industrial que se encuentra en la periferia, justo por donde este cuerpo de agua llega a la ciudad.
Los registros sonográficos se grabaron de forma cuadrafónica y en alta calidad a 48KHz y 48Bits de profundidad, en donde el primer canal registraba con un hidrófono, los paisajes sonoros subacuáticos de la quebrada Manizales, mientras que con un micrófono unidireccional tipo boom, se registraron por el segundo canal, los sonidos de la superficie del agua, cercana al hidrófono y de manera simultánea, se registraron por los canales tres y cuatro el sonido del ambiente con dos micrófonos en disposición X, Y.
El artefacto Q-MZL, está compuesto de un sistema octafónico que espacializa el sonido de manera envolvente, produciendo una experiencia sonora inmersiva. Un anillo sonoro externo, conformado por cuatro parlantes de alta fidelidad, reproduce una composición sonora con grabaciones sub-acuáticas y del entorno de la quebrada, lo cual marca el espacio de la instalación, dentro del cual se da el flujo de personas, mientras que una estructura central con otros cuatro parlantes de baja potencia, contiene un micropaisaje sonoro acuático que invita a los participantes a interactuar con el sonido por medio de los sensores, al acercarse cada vez que el sonido se concentra y desaparece del anillo exterior.
El objeto central, es una estructura plegadiza que con sus formas geométricas, re-presenta la topografía montañosa por la cual fluye el agua que conforma los diversos ríos y quebradas de la zona, mientras que los sensores ubicados en su interior, toman datos de movimiento y cercanía de los interactores, los cuales son traducidos en efectos y filtros que modifican el tiempo de los audios y distorsionan los sonidos del paisaje sonoro inicial, lo que genera una tensión permanente entre lo temporal sonoro y la espacialidad envolvente, con el objetivo de simbolizar las alteraciones producidas por la presencia del ser humano en estos cuerpos de agua y su entorno.
De esta manera, el diseño del artefacto sonoro Q-MZL propone relaciones témporo-espaciales en tensión al poner en primer plano una composición dinámica del paisaje sonoro de la quebrada Manizales, poco escuchado por cierto por los habitantes de la ciudad, y que es reproducido en un contexto distinto al de su origen, en contraste con imágenes visuales de alta calidad, de estas aguas contaminadas, lo que promueve la escucha atenta y motiva las reflexiones críticas de los interactores. En conclusión, la función principal de este tipo de artefactos sonoros, es la formación en una escucha atenta y consiente de los participantes, a partir de la expansión de la sensibilidad estética hacia los paisajes sonoros urbanos, lo que contribuye a establecer vínculos emocionales entre las personas y su entorno.
Para el caso particular de la ciudad de Manizales, el artefacto Q-MZL, reproduce los sonidos de la quebrada del mismo nombre, con la intención de descubrir la belleza y riqueza de su paisaje sonoro, en contraste con el deterioro de su paisaje visual, producido principalmente por la contaminación de la zona industrial que se encuentra en la periferia, justo por donde este cuerpo de agua llega a la ciudad.
Los registros sonográficos se grabaron de forma cuadrafónica y en alta calidad a 48KHz y 48Bits de profundidad, en donde el primer canal registraba con un hidrófono, los paisajes sonoros subacuáticos de la quebrada Manizales, mientras que con un micrófono unidireccional tipo boom, se registraron por el segundo canal, los sonidos de la superficie del agua, cercana al hidrófono y de manera simultánea, se registraron por los canales tres y cuatro el sonido del ambiente con dos micrófonos en disposición X, Y.
El artefacto Q-MZL, está compuesto de un sistema octafónico que espacializa el sonido de manera envolvente, produciendo una experiencia sonora inmersiva. Un anillo sonoro externo, conformado por cuatro parlantes de alta fidelidad, reproduce una composición sonora con grabaciones sub-acuáticas y del entorno de la quebrada, lo cual marca el espacio de la instalación, dentro del cual se da el flujo de personas, mientras que una estructura central con otros cuatro parlantes de baja potencia, contiene un micropaisaje sonoro acuático que invita a los participantes a interactuar con el sonido por medio de los sensores, al acercarse cada vez que el sonido se concentra y desaparece del anillo exterior.
El objeto central, es una estructura plegadiza que con sus formas geométricas, re-presenta la topografía montañosa por la cual fluye el agua que conforma los diversos ríos y quebradas de la zona, mientras que los sensores ubicados en su interior, toman datos de movimiento y cercanía de los interactores, los cuales son traducidos en efectos y filtros que modifican el tiempo de los audios y distorsionan los sonidos del paisaje sonoro inicial, lo que genera una tensión permanente entre lo temporal sonoro y la espacialidad envolvente, con el objetivo de simbolizar las alteraciones producidas por la presencia del ser humano en estos cuerpos de agua y su entorno.
De esta manera, el diseño del artefacto sonoro Q-MZL propone relaciones témporo-espaciales en tensión al poner en primer plano una composición dinámica del paisaje sonoro de la quebrada Manizales, poco escuchado por cierto por los habitantes de la ciudad, y que es reproducido en un contexto distinto al de su origen, en contraste con imágenes visuales de alta calidad, de estas aguas contaminadas, lo que promueve la escucha atenta y motiva las reflexiones críticas de los interactores. En conclusión, la función principal de este tipo de artefactos sonoros, es la formación en una escucha atenta y consiente de los participantes, a partir de la expansión de la sensibilidad estética hacia los paisajes sonoros urbanos, lo que contribuye a establecer vínculos emocionales entre las personas y su entorno.
Colección
Para citar
Roberto Cuervo Pulido y Profesor del Departamento de Diseño, de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá., “Artefacto sonoro Q-MZL,” Catálogo de Obras Artísticas, revisado 15 de octubre de 2024, https://catalogodeobras.javeriana.edu.co/items/show/200.
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