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Dialogo entre Culturas

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Ficha técnica exposición Item Type Metadata

Descripción

Esta serie tienen como fundamento algunas historias equinas en el país, que están apoyadas en una recopilación de escritos que pretenden, a la manera de los libros persas ilustrados con miniaturas, conectar las imágenes con textos, en este caso, periodísticos e investigativos, para generar un documento que dé cuenta de algunos aspectos de un fenómeno social, cultural, económico y estético, de las últimas décadas en Colombia, especialmente en el departamento del Valle del Cauca. Esto se refiere a la relación y conexión de narcotraficantes con el caballo.

Aquí hay que aclarar que las miniaturas persas son pinturas de carácter ilustrativo. Teniendo en cuenta que una ilustración no es una imagen narrativa y anecdótica por sí sola. Ésta necesita de un texto para complementarse. Los textos ilustrados con miniaturas pueden ser de diferentes orígenes, es decir, textos de carácter poético, histórico, religioso o mitológico. Los textos escogidos para esta serie dan cuenta de ciertas particularidades, decisiones tomadas, así como de las intenciones del artista en el desarrollo de las imágenes, en cuanto a la escogencia de los elementos usados, sus composiciones y la manera que son tratadas, y a su vez aclaran algunos puntos para ubicarse en la situación específica que abordan.
# 1- El regalo de niño Dios (Unicornio)

En la representación de lo narco lo fantasioso puede hacerse realidad. Ellos, los mágicos, en su condición de “todo lo pueden” y “para todo les alcanza”, lograron traer a la vida escenas dignas de cualquier historia de ficción. Los sujetos narco alcanzaron a desdibujar las fronteras entre ficción y realidad, en ocasiones, con cierto infantilismo macabro como relatan las historias sobre aquel unicornio que Manuela Escobar le pidió́ una navidad a su papá. Pablo Escobar mandó a pegarle un cuerno de toro en la frente a un caballo blanco de pura sangre, con el propósito de traer a la vida esta figura mitológica: “... no obstante, la gran herida en el cráneo ocasionó que el animal muriera a los pocos días. Pero Escobar no tuvo mejor idea que repetir la acción durante unas navidades más para complacer a la niña”

Juan Sebastián Corcione Nieto
Narcoestética: El gusto narco en Colombia en la década de los años ochenta y noventa.

# 2-   El deporte del culeo

A finales del siglo XIX y entrados bien en el siglo XX, el coleo era todo un espectáculo que el público conocía, aplaudía y se realizaba cerrando las calles en los pueblos llaneros. Aparte de la demostración de la habilidad para derribar el animal, el otro atractivo era la adrenalina que se liberaba con el peligro de un bravo toro cimarrón desbarajustado por la calle, dispuesto a arrollar al peatón desprevenido o a un envalentonado borrachín en fiesta patronal.

Estos encuentros de coleo se hicieron muy populares a nivel internacional entre Colombia Venezuela y en la celebración de las fiestas patronales. No se sabe con precisión cuando se dejó de realizar el coleo en las calles por el evidente peligro que esto representaba y así seguramente fue trasladado a las mangas de coleo o corrales en forma de corredor para hacerlo más seguro.

El Coleo es un mito inscrito indeleblemente en el alma popular del Llano es una fiesta de valor, de alegría y de belleza, para ser buen coleador se requiere de aptitudes especiales; el jinete debe ser vivaz, elástico, de buen pulso y buen ojo, "el caballo debe ser rápido, arrimador y con fortaleza”.

https://canalllanero.blogspot.com/2015/05/historia-del-coleo-en-los-llanos.html

Al coleo llanero, a esta fiesta de alegría y belleza, del jinete vivaz, elástico, de buen pulso y buen ojo en las fiestas patronales, en su versión narco, solo le queda el envalentonado borrachín” en las fiestas de patrones “narconales”. Una bravura machista, cargada de violencia y derroche, abrió un portón a este fenómeno estético neobarroco de imaginarios de fachadas físicas y simbólicas.

Adriana Cobo, arquitecta que trabaja como profesora de la Escuela de Arquitectura y Construcción de la Universidad de Greenwich en Londres define la narco.estética como “ostentosa, exagerada, desproporcionada y cargada de simboles que buscan dar estatus y legitimar la violencia”. Afirma que esta estética en la arquitectura se caracteriza por “fachadas de portones griegos forradas de mármoles y enrejados dorados, carros estridentes y cuerpos de hombres engallados con oro y mujeres hinchadas de silicona”

Omar Rincón
Todos llevamos un narco adentro - un ensayo sobre la narco/cultura/telenovela como modo de entrada a la modernidad.

#3- Metamorfosis de la usurpación

Los más grandes capos colombianos, sin excepción, compraron criaderos o campeones y, al igual que las reinas de belleza y los carros de alta gama, los caballos de paso se convirtieron en un símbolo de poder y estatus.

…Sus revelaciones recuerdan sangrientos hechos de retaliaciones, disputas por el poder e intimidación de la mafia, dan fe de la lucha y acciones de las autoridades para ponerle fin a este flagelo y cuentan increíbles historias sobre la obsesión de algunos de los más sanguinarios capos por sus caballos. En expedientes judiciales, en poder de la justicia de Estados Unidos y de Colombia, está la evidencia de cómo sanguinarios capos del narcotráfico y del paramilitarismo le han inyectado plata de la mafia a esta actividad. La mejor evidencia de la infiltración del narcotráfico en este sector está en el reciente top 20 de los criaderos más importantes del país en la última década, elaborado y publicado en mayo del 2013 por una reputada asociación equina. Siete de las empresas que aparecen punteando tanto el top nacional como los regionales figuran en investigaciones judiciales por narcotráfico, lavado de activos, enriquecimiento ilícito o por receptación. Hasta principios de los ochenta, el negocio lícito estaba en manos de viejos y prestantes caballistas, como Horacio Zuluaga, Martín Vargas, Arturo Blanco, Ricardo Boger y Alfredo Hasche Koppel, de nacionalidad alemana. De hecho, los viejos caballistas que acceden a hablar del lado oscuro de su gremio –por años cuidado con celo por respetadas y tradicionales familias– admiten que fueron los dueños de las minas de esmeraldas más productivas del país los que les infiltraron a varios capos, entre ellos al sanguinario Gonzalo Rodríguez Gacha, alias el ‘Mexicano’.

Martha Elvira Soto
Los Caballos De La Cocaína 

# 4-   Galope de Trofeos Plásticos

Nuestro producto estrella del siglo xxi se llama Sin tetas no hay paraíso (Canal Caracol), que documenta que para ser exitosas en Colombia las mujeres deben ser hembras y mamacitas, usar la silicona y no tenerle miedo a la cama; relato de celebración de las mujeres «mantenidas» que se venden a punta de sexo y cirugías; justificación pública de que en este país el cuerpo en las mujeres y el crimen en los hombres son maneras válidas de salir de pobres; historia de cómo, sin importar clase o región o religión, lo único válido es tener billete y gozar. Así, la marca Colombia tiene la silicona como estética porque habita lo narco como cultura.

Y es que la narco.estética está hecha de la exageración, lo grande, lo ruidoso, lo estridente, la ostentación: una estética popular que se expresa en objetos, armas, autos, modas y arquitectura; exhibicionismo del dinero; el poder de la abundancia propia de quien no ha tenido nada; el poder de exhibir que se muestra en autos, viviendas, mujeres y joyas.

Omar Rincón
Todos llevamos un narco adentro - un ensayo sobre la narco/cultura/telenovela como modo de entrada a la modernidad.

Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad No 222, julio-agosto de 2009, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.

Narco.estética y narco.cultura en Narco.lombia

# 5- Trochadores de la ostentación

Lo narco es una estética, y una forma de pensar, y una ética del triunfo rápido, pero un gusto excesivo, y una cultura de ostentación. Una cultura del todo vale para salir de pobre, una afirmación pública de que para qué se es rico si no es para lucirlo y exhibirlo. El método para adquirir esta cultura es solo uno: tener billete, armas, mujeres silicona, música estridente, vestuario llamativo, vivienda expresiva y visaje en autos y objetos. Omar Rincón La narco.cultura. Cultura marcada por dos gustos: el nuevo rico norteamericano y el montañero rico colombiano o antioqueño. El narco ha dejado de adorar a Europa y su ideal es norteamericano (¡dónde vive la modernidad!), ha dejado de celebrar al industrial y ha vuelto la mirada al dueño de la tierra (¡donde vive la tradición!). Y es que “mientras los burgueses quieren ser poderosos haciéndose ricos, nosotros queremos ser poderosos dando órdenes”, escribe Mauricio García, profesor de la Universidad Nacional de Colombia y columnista de El Espectador5. El narco tiene dinero y poder para tener tierras, mujeres y ser obedecido.

Omar Rincón
Todos llevamos un narco adentro - un ensayo sobre la narco/cultura/telenovela como modo de entrada a la modernidad.

#6- El “Patrón”

Así́ la idea de “El Patrón” como un santo puede entenderse desde la función del imaginario barroco: "El imaginario es el que polariza la atención, anima los deseos y esperanzas, informa y canaliza las expectativas, organiza las interpretaciones y las tramas de creencia" (Gruzinski, 1994, p.191). Aunque este tipo de relaciones entre imágenes e imaginarios no pertenecen, únicamente, a la puesta en escena de lo narco, adquiere nuevas dimensiones por tratarse de una relación absurda, pero efectiva, para los sujetos narco. En definitiva, los valores cristianos siempre se han construido a partir del dualismo entre redención y pecado.

Vale la pena mencionar como una última reducción de estos gestos simbólicos se tradujo en formas del parlache colombiano, por ejemplo, cuando alguien decide gastar más de lo normal, o excederse de una forma u otra, es común describir esto con un gesto particular: levantar la mano simulando una pistola con los dedos y usar la onomatopeya: ¡tas tas tas!, emulando el sonido de los disparos al aire.

Juan Sebastián Corcione Nieto
Narcoestética: El gusto narco en Colombia en la década de los años ochenta y noventa.

#7-El “traqueto”

El investigador mejicano Miguel Olmos Aguilera11 explica que “la figura indomable, pero benévola del personaje tradicional se transforma en el héroe-narco, altanero y prepotente. Los caballos son desplazados por un carro rojo, un Grand Marquis color gris, una Suburban dorada o un Lincoln negro. El corrido de narcotráfico retoma los antiguos temas como el desafío, la ilegalidad y la traición de una mujer hermosa. Las nuevas letras se adaptan al antiguo corrido, encontrando rápidamente vínculos entre los traficantes contemporáneos y los héroes revolucionarios”.

Omar Rincón
Todos llevamos un narco adentro - un ensayo sobre la narco/cultura/telenovela como modo de entrada a la modernidad.
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Una de las expresiones asociadas a la vida rural y que el estilo narco masificó, fue el uso de camionetas de doble tracción, que por ser en su mayoría marca Toyota, fueron bautizadas en el parlache como “narcotoyotas”. A principios de los años ochenta, varias ciudades del país fueron invadidas por este tipo de automóviles, que circularon por las calles con actitud desafiante: rines de lujo y vidrios negros, a los que dicen, algunos les habían mandado a instalar timón de oro.

Sobre el origen de la palabra “Traqueto” existen varias teorías. Algunos afirman que se trata de una onomatopeya del sonido de las armas, otros, que hace alusión a las camionetas donde se movilizan, los “trucks”.

A diferencia de “El patrón”, quienes por su importancia dentro de la organización mantenían robustos esquemas de seguridad y vivían detrás de las murallas de sus mansiones y haciendas, “El traqueto” se expresó́ en la pura exterioridad. Fueron ellos los encargados de masificar los rasgos del estilo narco. Por ejemplo, empezaron a construir y remodelar casas en barrios de clase media, prestando particular interés en la fachada,

Juan Sebastián Corcione Nieto
Narcoestética: El gusto narco en Colombia en la década de los años ochenta y noventa.

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[...]. Una maestra con mucha experiencia me decía que le sorprendía un proceso que ella llamaba “la traquetización de los ricos”, que se manifiesta en las actitudes agresivas y prepotentes de los estudiantes [...]. Comportamientos de muy mal gusto fueron introducidos por los narcotraficantes [...]. Compraron fincas, hicieron edificios espantosos, construyeron casas enormes, inventaron zoológicos, fabricaron reinas y modelos [...]. Con ingenuidad creí́ que las segundas generaciones, educadas en los mejores colegios privados y en universidades extranjeras, terminarían por mimetizarse bajo el ropaje de modales y comportamientos sociales más refinados y decentes, y se convertirían en un par de décadas en empresarios discretos. Pero ocurrió́ lo inesperado: muchos ricos cuyos bienes eran incuestionables asumieron los comportamientos y gustos de los “traquetos”. La discreción con que las familias tradicionales habían llevado su riqueza dio paso al exhibicionismo propio de los nuevos ricos. [...] Muchas adolescentes aspiran a su primera lipoescultura o a sus implantes de silicona, porque sus madres ya lo han hecho emulando

la belleza que fabricaron las fortunas rápidas en las muchachitas que, siendo las queridas de los narcos, aspiraban también a ser modelos

o reinas. En algunos de estos colegios se hizo necesario organizar parqueaderos para las burbujas de los guardaespaldas de los alumnos que, al igual que sus padres, sienten que circular rodeados de personal armado es gran símbolo de poder. Lo malo es que estos niños son las victimas de unos patrones sociales perversos, sostenidos y profesados como normales por sus padres que, sin duda, detentan buenas cuotas de poder en la sociedad. Y, más tarde, pero mucho más pronto de lo que quisiéramos, heredarán esa tajada del ponqué repitiendo y agrandando su prepotencia y convirtiéndose en victimarios. (Cajiao, 2008)

Óscar Mejía Quintana
Cultura política mafiosa en Colombia

#8- El “Lavaperros”

Nos encontramos aquí frente al rango más bajo dentro de la pirámide organizacional de la estructura narcotraficante, definidos en el periódico El Tiempo (1995) como: “... guardaespaldas de los traquetos. Les manejan los carros, les hacen mandados, les consiguen mujeres y les quitan de en medio a la gente que los molesta. Un investigador del fenómeno los define como bufones, pero con celular y pistola automática” (párrafo 10). Generalmente se trató́ de jóvenes, provenientes de barrios marginales que atraídos por el exceso, el dinero y el poder de las armas formaron los ejércitos a los que “los patrones” y “los traquetos” les asignaban las tareas más violentas.

Antonio, un joven ex sicario entrevistado por Salazar (1991) lo señala: "Con las películas también aprendemos mucho. Nosotros vemos cintas de pistoleros, Chuck Norris, Cobra Negra, Comando, Stallone, y miramos cómo coger las armas, cómo hacer coberturas, cómo retirarse. Todo eso lo comentamos nosotros cuando vemos las películas" (p. 6).

Para Gruzinzki (1994), en América Latina el proceso de evolución de la imagen, a diferencia de lo sucedido en Europa Occidental, se produjo por medio de una especie de salto que se dio desde la imagen barroca a la televisiva. Así, los efectos sociales y culturales asociados a la Revolución industrial y a la Revolución urbana del siglo XIX no afectaron, significativamente, nuestra forma de relacionarnos con la imagen:

Si nos apoyamos en la idea de Gruzinzki, es posible pensar que el consumo de imágenes por parte de estos sujetos narco se mantuvo en la literalidad, es decir, se tomaron ciertas imágenes y se pusieron en práctica sin dimensionar su potencial simbólico y metafórico: vivieron la vida como si fuera una película de acción. Así, pareciera que en el tránsito entre imagen y práctica no existió ningún tipo de reflexión moral o ética sobre estas acciones.

Juan Sebastián Corcione
NietoNarcoestética: El gusto narco en Colombia en la década de los años ochenta y noventa.

# 9- Tupac Amaru

Muere Tupac Amarú. “El caballo del millón de dólares”. El único capaz de hacer la figura del ocho hacia delante y hacia atrás con la misma destreza. Muere la obsesión en vida de Gonzalo Rodríguez Gacha, El Mexicano, miembro del cartel de Medellín, quien había muerto en Tolú el 15 de diciembre de 1989 mientras huía de un operativo militar. Por eso fue su esposa, Gladys Edilma Álvarez Pimente, la Patrona, quien ordenó qué hacer con el animal. “Entiérrenlo, sin ceremonias ni homenajes”, cuenta un trabajador que dijo ella. Pero uno de los sobrinos del capo, que conocía el amor de Gacha por el caballo, “amor que rayaba con la idolatría”, movió cielo y tierra para que al menos disecaran la cabeza. Logró salvar también la piel y las cuatro patas. Si el Patrón hubiera estado vivo —coinciden muchos— habría disecado al animal completo y hoy, en la entrada de Pacho, “la capital naranjera de Colombia”, estaría Tupac Amarú en lugar de la escultura de una naranja.

https://www.elespectador.com/noticias/nacional/el-caballo-de-el-mexicano/

Recuperado 3 de marzo 2021

Al final la cabeza del animal, junto con su piel y las cuatro patas terminaron decorando un bar en Pacho Cundinamarca. Una estética “neobarroca”, (Calabrese 1987), de imaginarios y excéntrica de pastiche, al “estilo” de las mismas arquitecturas de las calles de la ciudad de Cali.

No obstante, muchos de los rasgos definitivos de estas expresiones monumentales, pueden comprenderse a partir de lo propuesto por Omar Calabrese en “La era neobarroca” (1987). El semiólogo italiano identificó que, en la imagen posmoderna, existe una forma interna que reproduce el espíritu del movimiento barroco del siglo XVII, en el sentido en que propone una constante ruptura con lo clásico.

Una de las formas en las que el neobarroco se expresa, según Calabrese, es en la lógica del límite y exceso, si el clasicismo opera a partir de límites que configuran la armonía y la estabilidad, el neobarroco rompe con ello y se presenta a partir del exceso disonante, construido desde la alegoría del monstruo, que desborda los límites “lógicos” y parece producto de la imaginación.

Juan Sebastián Corcione Nieto
Narcoestética: El gusto narco en Colombia en la década de los años ochenta y noventa.

#10- Terremoto de Manizales

Castrado devolvieron el caballo del osito

Al mejor estilo de las más crudas vendettas de la mafia siciliana, la guerra entre el cartel de Medellín y sus enemigos sobrepasó los límites de la persecución y asesinato de sus familiares y colaboradores: ayer, Terremoto, el mejor reproductor equino del país, avaluado en un millón de dólares y propiedad de Roberto Escobar Gaviria, El Osito, apareció castrado. El drama del hermoso caballo, encontrado en el amanecer de ayer abandonado y atado a un poste en la glorieta de La Aguacatal, al sur de la ciudad, le recordó a mucha gente la impresionante escena de la película El Padrino, donde Víctor Corleone (Marlon Brando) despierta de su sueño apacible y se encuentra con que, a su lado, en la cama está su mejor corcel descabezado y desangrándose sobre las sábanas.

Por: REDACCION EL TIEMPO 29 de agosto 1993, 12:00 a. m.

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Junto al alazán se encontró un letrero escrito sobre una rústica tabla pegada a un palo, clavado sobre una de las jardineras del sector. El mensaje, supuestamente escrito por los Pepes, dice: Lo devolvemos al terrible Roberto Escobar y su hermano.

Terremoto es un valioso caballo conocido en diversas asociaciones de caballistas de Antioquia. Campeón de paso fino colombiano. El ejemplar, también ha salido campeón en varias ferias equinas y exposiciones, tanto en Colombia como en Venezuela.

El animal había sido adquirido por setenta millones de pesos. El caballo fue secuestrado el pasado 17 de julio, por un grupo de hombres armados que entró a la finca La Loma, de propiedad de la familia Ochoa, en la parte alta del municipio de Envigado, y lo sacó de una de las caballerizas.

Horas antes del robo del caballo, al parecer el mismo grupo mató a Oscar Cardona Zuleta, 33 años, su domador y jinete. El hecho se presentó en el estadero Asados Juan, en la avenida Las Vegas, sur de Medellín.

Posteriormente, desde la Penitenciaría Nacional de Itagüí Escobar denunció públicamente el robo de su caballo y la muerte del chalán y se los atribuyó a la organización clandestina Perseguidos por Pablo Escobar (Pepes).

https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-208589

# 11- Bestias amasando fortuna, mulas y yeguas.

NO seas MULA

No son seres humanos dedicados realmente al narcotráfico, son simples “mulas”, que son “sacrificables”; mientras los narcos, los mafiosos de alta monta, purgan ocho años, le brindan su dinero a los Estados Unidos y “arreglado el asunto jurídico” cuando han movido toneladas de narcóticos, mientras a muchas “mulas” esos mismos ocho años, se les endilgan por unos pocos gramos de narcóticos…

Éstos narcos tienen empleados, que están como animales al acecho detrás de éstas

personas vulnerables y en medio de situaciones de extrema pobreza y de extrema necesidad, para acudir a convencerlos por medio de un discurso y un ofrecimiento de dinero fácil para solventar necesidades económicas y a través de engaños y falsas promesas de que todo va a salir bien, que “todo está arreglado y garantizado”, les inducen y a veces les fuerzan a llevar la droga.

Otros y otras “Mulas” son simplemente objeto de amenazas y extorsiones en punto de que, si no llevan la droga, pueden matar a sus hijos o

familiares.

En resumen, todo lo que hacen estos “enganchadores” que buscan presas fáciles, es jugar con la miseria, la necesidad y la mala suerte de personas, que al final terminan siendo privadas de la libertad, llevándoles a agravar más su situación personal; porque ya no son solamente los reclusos, sino que sus familias, sus seres más queridos, son los que directa o indirectamente sufren las consecuencias al ser arrastrados a una situación de cárcel.

https://www.odc.gov.co/Portals/1/publicaciones/pdf/consumo/estudios/nacionales/CO032062014-no-seas-mula.pdf

Recuperado 22 de febrero 2021

Técnica

Las 5 pinturas son realizadas con acrílicos sobre cartulina Guarro y tienen la dimensión de 100x140 cm cada una.

Autor

Kurosh Sadeghian Khalajabadi
Pontificia Universidad Javeriana – Seccional Cali

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Para citar

“Dialogo entre Culturas,” Catálogo de Obras Artísticas, revisado 29 de marzo de 2024, https://catalogodeobras.javeriana.edu.co/items/show/555.

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Imagen de fondo ORO, autor Iván Rickemann.